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Un proceso constituyente
Julio Anguita
Unidad Cívica por la República está intensificando sus esfuerzos y sus
actividades en pro de la instauración del objetivo que marca nuestras señas de
identidad: la III República española. Nuestras actividades y nuestras
convocatorias a la ciudadanía están teniendo una acogida positiva y en creciente
presencia de personas y colectivos. Nuestras presencias públicas últimas :
Puerta del Sol y Jornadas de Getafe nos permiten ver, con moderado optimismo,
que estamos en presencia de una coyuntura favorable, pese al consenso político y
mediático dirigido al reforzamiento de la Monarquía instaurada por el general
Franco.
Los actos conmemorativos del XXV aniversario de la Constitución de 1978 van a
ser replicados, desde nuestra modestia y escasez de medios, con actividades,
movilizaciones y celebraciones republicanas. Por eso, en este preciso momento es
cuando debemos hacer una reflexión en tomo a la posibilidad y oportunidad de
iniciar una fase de singular envergadura y contenido en tomo al acopio de
esfuerzos, tareas y participantes (personales y colectivos) orientados a entrar
en un momento cuantitativa y cualitativamente distinto. Creemos que este acto de
Madrid debe ser el origen de un proceso constituyente republicano.
Las características de este proceso son las mismas que conforman los procesos
institucionales:
1.- Objetivo: la III República.
2.- Los sujetos constituyentes.
3.- Contenidos vertebradores del proyecto
4.- Proceso de debate y acuerdo.
Sin embargo, y en nuestro caso especifico, hay que adaptar estas fases al
momento en que estamos. Convenimos hoy que el objetivo que nos convoca está
claro y nos reafirmamos en la decisión de lograrlo. Los sujetos constituyentes
son y somos quienes de manera ORGANIZADA nos comprometamos a extender el
compromiso y a sumar constituyentes cara a la siguiente fase. El proceso
constituyente es un período de tiempo ( no evaluable al comienzo) en el que la
difusión del ideal republicano pasa de la fase de nostalgia, recuerdo o vaga
aspiración a una fase de compromiso militante con la idea y con las líneas de
actuación en tomo al proselitismo y a la preparación de la fase antes reseñada.
En dicho período los elementos organizativos deben ser los indispensables para
comenzar a a dar. Debe quedar clara la idea de que el proceso constituyente
republicano es perfectamente compatible con la militancia en organizaciones
políticas, sindicales, culturales, etc. Es una fase de estructuración como
movimiento organizado en la que dicha estructuración va al compás del
crecimiento afiliativo. Y al hablar de afiliación lo planteamos con todas las
consecuencias que se derivan del término. El período constituyente expresa, de
manera permanente, la voluntad de concretar y realizar la propuesta republicana
en un período de tiempo que sólo puede venir dado por nuestra capacidad de
consenso en tomo a ella.
Es indudable que esta fase llevará tiempo (en función de variables propias y de
coyuntura ); pero es en ella en donde, a la vez que consolidamos y visualizamos
el respaldo, deben abordarse determinadas cuestiones sobre la República del
futuro. No quisiéramos repetir momentos de nuestro pasado histórico en el que
disputas estériles sobre la forma de Estado republicano paralizaron e impidieron
la consolidación de la idea republicana. No obstante, y estando advertidos, hay
que asumir la necesidad-en su momento- de dilucidar la aplicación concreta del
proyecto: federalidad, Jefatura de Estado, etc. De manera paralela al despliegue
del proceso constituyente pueden abordarse estas cuestiones así como aquellas
que , desde nuestro punto de vista, son los pilares del proyecto: laicida4
justicia, Derechos Humanos, etc. El proceso constituyente es, en suma, el paso a
otro momento distinto al que estamos. Una fase presidida por la organización
flexible y la iniciativa política. Es, en definitiva, el tiempo necesario para
que los pueblos del Estado y la sociedad se constituyan en Constituyentes.
A lo largo de esta exposición hemos aludido a otra fase, o me momentos distintos
de la del proceso constituyente. lEs la fase o momento denominados Estados
Generales de la XIII República española. Tomamos la denominación en toda su
resonancia histórica y revolucionaria; se trata de plasmar, evaluar y acordar la
situación del proceso en cada momento. constituyen la representación del
movimiento para decidir y orientar. Su necesidad viene dada por las
características del proceso que estamos planteando. La República no vendrá de la
mano de fuerzas políticas como tales, sino de un amplio movímiento ciudadano, el
cual tiene su especial manera de organizarse y de constituirse en sujeto de
decisiones. Los Estados Generales pueden reunirse con la periodicidad que se
estime, pero son los que concluyen el período constituyente.
Creemos que esta propuesta necesita de más desarrollo y precisiones. Sin embargo
el nervio que la dinamiza es consecuencia de la forma en que concebimos la
implantación de la III República: un amplísimo movimiento ciudadano transversal
a las organizaciones clásicas. En función de todo lo anterior creemos que a
partir del 15 de Noviembre debe conformarse un núcleo de ciudadanos y ciudadanas
responsables de los mínimos organizativos y de cada Comunidad Autónoma para dar
comienzo el proceso constituyente.

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